Garantizar la sanidad temprana de la semilla es fundamental para lograr una buena implantación en el cultivo de soja. La presencia de enfermedades causadas por hongos que afectan a la semilla, puede provocar una disminución en el número de plantas y comprometer el rendimiento del cultivo. Para evitar estas pérdidas y asegurar una mejor productividad, los tratamientos con curasemillas se presentan como una herramienta eficiente.
En el cultivo de soja la importancia de la calidad de implantación ha quedado tradicionalmente relegada con respecto a otros cultivos, como puede ser el cultivo de maíz. Esto se debe a diversas razones, entre las que se puede mencionar el patrón de respuesta del rendimiento a la densidad de siembra, y el menor costo de inversión en semilla. La calidad de semillas en la implantación es trascendental para lograr posteriormente buenos rendimientos. La calidad sanitaria se relaciona directamente con la germinación de la semilla, con la emergencia, y con el vigor y desarrollo de las plántulas, teniendo por lo tanto un papel preponderante en la buena implantación del cultivo.
Los hongos son los principales causantes del deterioro de la calidad de la semilla. Esto genera una especial preocupación, ya que para mucha de estas enfermedades no existen medidas de control eficaces una vez que los patógenos se han establecido en el cultivo. Así, la adopción de medidas preventivas, encaminadas a garantizar la sanidad del material vegetal, se plantea como una de las estrategias más efectivas para controlar las enfermedades transmisibles por semillas.
En ocasiones, la semilla infectada es asintomática y no suelen mostrar ninguna evidencia de la presencia de microorganismos patógenos en el exterior (cubierta) o en el interior (endospermo).
La Phomopsis spp, el Fusarium y la Phytophthora sojae son 3 de los principales agentes causantes de enfermedades como el tizón de la vaina y la podredumbre de raíz, tallo y semillas.
Phomopsis spp
Se conoce como complejo Diaporthe - Phomopsis y constituye la enfermedad más importante asociada con el deterioro de las semillas en el campo. Es una enfermedad endémica en las principales regiones productoras de soja del mundo que afecta los rendimientos, pero sobre todo disminuye la calidad de la semilla y el poder germinativo.
De no tratarla preventivamente, bajo condiciones climáticas normales, los síntomas se observan hacia el fin del ciclo del cultivo. A partir de la vaina la infección pasa a las semillas. Los patógenos colonizan en primer lugar la episperma, causando fisuras y achatamiento de la semilla, y luego invaden el embrión.
Las semillas infectadas tienen menor peso y producen aceite de inferior calidad. Presentan menor tamaño, se tornan arrugadas, deformadas, con rajaduras y muchas veces con micelio blanquecino sobre el tegumento. Las débilmente afectadas pueden no presentar alteraciones visibles sin embargo al germinar, el tegumento mantiene los cotiledones unidos causando la muerte de la plúmula y por lo tanto de las plántulas en pre o post emergencia. Las semillas severamente afectadas no germinan y se pudren en el suelo. Los hongos involucrados en este complejo sobreviven, como micelio latente en restos de cosecha de soja u otros hospedantes y en semillas infectadas.
Fusarium
El hongo Fusarium habita el suelo donde sobreviven como micelio en restos de raíces o rastrojos, o en forma de clamidosporas por varios años. El micelio característico es algodonoso y según la especie involucrada, presenta coloración blanca, naranja pálida o tonalidades desde el rosado claro hasta el púrpura.
Son consideradas microorganismos necrótrofos, generalmente asociados a semillas que sufren deterioro por humedad, y son capaces de causar un sin número de enfermedades en cultivos. Sus daños desencadenan en el hospedante una serie de afecciones generalmente de carácter irreversible, originando pérdidas económicas considerables.
Los hongos del género Fusarium son ascomicetos filamentosos y cosmopolitas, tienen un micelio bien desarrollado, septado y conidióforos característicos, aunque algunas especies tienen un talo unicelular.
En las semillas se encuentran ubicados principalmente en los tegumentos y solo pasan al cotiledón en infecciones muy severas. Infectan únicamente las raíces, pero generan toxinas que al ser traslocadas a las hojas pueden ocasionar clorosis y necrosis internerval, defoliación prematura y muerte de las plantas.
Phytophthora sojae
Causante de la podredumbre de raíz y de base de tallo, este patógeno puede infectar a la soja en cualquier estadio fenológico, provocando damping-off o muerte de plántulas en pre y post emergencia, y la infección de la raíz y del tallo de plantas adultas.
Es un organismo del grupo de los oomicetos, organismos eucariotas que se caracterizan por tener un ciclo de vida complejo y producir estructuras de reproducción llamadas zoosporas. Los oogonios y oosporas se forman en tejidos infectados de raíces y tallos de cultivares susceptibles, tolerantes y resistentes.
Esta enfermedad es especialmente problemática en condiciones de suelo húmedo y frío y puede causar 100% de muerte de plantas y de pérdidas de rendimiento con condiciones predisponentes favorables para su desarrollo. Las plantas infectadas por Phytophthora sojae presentan marchitamiento, amarillamiento de las hojas, podredumbre de la raíz y del tallo, y en casos severos, la muerte de las plantas.
Como controlarlos
El control de los organismos fitopatógenos del suelo es de los más difíciles de lograr, donde es necesario implementar un enfoque integrado de manejo de enfermedades, que incluya prácticas culturales adecuadas, rotación de cultivos, selección de variedades resistentes y, cuando sea necesario, el uso combinado de diferentes métodos de control, incluyendo fungicidas.
El uso de curasemillas tiene por objetivo impedir el ataque del hongo a la plántula en el periodo de máxima sensibilidad. También es eficiente a fin de eliminar patógenos transportados en la semilla, contribuyendo a disminuir la infección a la plántula después de la emergencia. En el tratamiento preventivo de enfermedades causadas por Fusarium spp. y otros hongos se utilizan fungicidas sistémicos como los benzimidazoles, como por ejemplo el carbendazim y el metil tiofanato, como también estrobilurinas, como ser el piraclostrobin. Algunos fungicidas como por ejemplo el metalaxil, son muy específicos en el grupo de hongos que controla, quedando restringido a los géneros Pythium y Phytophthora. Las estrobilurinas (piraclostrobin), son fungicidas de amplio espectro con actividad sistémica, especialmente activos contra las primeras fases del ciclo de los patógenos. La combinación de más de un ingrediente activo en la formulación de un curasemilla permite ampliar el espectro de control del mismo.
Características de algunos principios activos
El Metil tiofanato es un fungicida del grupo químico benzimidazol de modo de acción sistémico, curativo y protector, y se utiliza principalmente para el control de enfermedades causadas por hongos en diversos cultivos. Posse un mecanismo de acción de inhibición de la mitosis y la división celular, por lo que actúa inhibiendo el crecimiento y desarrollo de los hongos, impidiendo su reproducción y propagación. Su eficiencia aumenta cuando se aplica como tratamiento de semillas.
El Metalaxil es un principio activo perteneciente al grupo de las fenilamidas (acilalaninas). Posse actividad fungicida y acción específica, sistémica, preventiva y curativa, que actúa inhibiendo el crecimiento y desarrollo de los hongos al interferir con la síntesis de su membrana celular. Su actividad antifúngica se basa en impedir la biosíntesis de las proteínas en los hongos sensibles, interfiriendo la síntesis del ARN ribosómico. Al ser aplicado a la semilla, el activo es absorbido por la plántula y transportado por la corriente ascendente de la savia, protegiendo las semillas y plántulas desde el interior durante un período de entre 15 y 60 días, dependiendo de las condiciones climáticas. Al impedir las infecciones sistémicas, reduce el número de esporas causantes de ataques posteriores.
El Metalaxil desempeña un papel crucial en el control de Phytophthora, un género de hongos patógenos que causa enfermedades graves en diversos cultivos. Su acción logra inhibir el crecimiento y desarrollo de Phytophthora, actuando en sitios específicos del patógeno impidiendo la biosíntesis de proteínas mediante la interferencia en la síntesis del ARN ribosomal. Este fungicida proporciona una protección efectiva y ayuda a prevenir la propagación de la enfermedad, especialmente cuando se utiliza en etapas tempranas de la infección.
Por su parte, el Piraclostrobin es un fungicida que pertenece al grupo de las estrobilurinas, de actividad sistémica translaminar; que inhibe la respiración en todos los hongos patógenos. Es eficaz para el control de un amplio grupo de patógenos, especialmente en los estadios iniciales, tales como deuteromicetos, oomicetos y ascomicetos. Es considerado uno de los activos más eficientes por su efecto preventivo, curativo y de acción prolongada, asegurando una mayor residualidad durante el desarrollo de las plántulas.
SojaSeed 340 FS es un fungicida sistémico para el tratamiento de semillas destinadas a la siembra que la protege del ataque de hongos patógenos, aumentando el porcentaje de germinación y consecuentemente, el rendimiento del cultivo. Como curasemillas de acción fungicida, su combinación de tres activos sistémicos complementarios, amplían su espectro cubriendo prácticamente todos los patógenos de importancia del cultivo. Su formulación en suspensión concentrada incluye metil tiofanato + metalaxil + piraclostrobin. La combinación de estos activos de modo de acción diferentes, le otorga una gran capacidad de control sobre un amplio espectro de enfermedades, actuando tanto contra el 'damping-off' y las enfermedades causadas por los hongos presentes tanto en la semilla como en el suelo.
SojaSeed 420 FS protege la germinación y favorece el desarrollo inicial del cultivo, promoviendo el establecimiento de un mejor stand de plantas.
En un ensayo realizado por Clínica Vegetal, donde se buscó evaluar la acción de diferentes fungicidas curasemillas en soja, el trabajo comparó la eficiencia de diferentes combinaciones de activos sobre semillas que presentaban un importante nivel de infección por distintos hongos. Las combinaciones de activos evaluados fueron: (T2) metil tiofanato + metalaxil + piraclostrobin / (T3) piraclostrobin + metil tiofanato / (T4) fludioxonil + metalaxil.
Si bien, todos los fungicidas lograron reducir la carga fúngica de la semilla, SojaSeed 420 FS a 400cc (T2) fue el que permitió una mayor reducción general de la carga fúngica, con el mayor porcentaje de semilla que no presentó esporulación fúngica (de ningún género) luego de la incubación.
A modo de conclusión, podemos destacar que los tratamientos preventivos en semillas de soja son altamente recomendables para garantizar la sanidad de la semilla, y por lo tanto obtener una buena implantación que le permita al cultivo expresar todo su potencial.